“México está hecho para prestarle a quien no necesita”, afirma Octavio de la Torre, presidente de la Concanaco Servytur. Esta declaración refleja una problemática común para las pequeñas y medianas empresas (pymes) en el país: la dificultad para obtener financiamiento. Desde largos procesos burocráticos hasta requisitos como presentar un inmueble como aval, el camino hacia el crédito puede ser tortuoso y sin garantía de aprobación.
La falta de acceso a créditos es un factor crítico en el fracaso de un 21% de los negocios, según la Asociación de Emprendedores de México. La falta de liquidez es otro desafío significativo, afectando al 26.5% de los emprendedores.
Uno de los objetivos del Plan México, promovido por la presidenta Claudia Sheinbaum, es asegurar que para el año 2030, el 30% de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) tengan acceso a financiamiento formal. Sin embargo, para alcanzar esta meta, se necesitan reformas que hagan el crédito más accesible.
La falta de liquidez suele llevar a las pymes a buscar financiamiento, como lo experimentó Mercedes Baltazar Lobato, fundadora de la agencia de relaciones públicas Meraki. Al enfrentarse a un cliente importante que pagaría a 120 días, con la posibilidad de extenderse a 240, Baltazar enfrentó un reto operativo.
Para mantener el flujo de caja y continuar operando, Mercedes Baltazar decidió acudir a una institución financiera para solicitar un crédito, creyendo que sería un proceso sencillo, dado que ya contaba con una tarjeta empresarial de la misma entidad.