
Las Fuerzas Armadas de México exhibieron su poderío este martes durante el primer desfile militar encabezado por la presidenta *Claudia Sheinbaum*, en conmemoración de la independencia del país. El evento destacó la defensa de la soberanía y el combate a la corrupción, en un contexto marcado por controversias vinculadas a señalamientos criminales dentro de la Marina mexicana y tensiones con Estados Unidos.
Acompañada por los secretarios de Marina (Semar), Raymundo Pedro Morales Ángeles, y de la Defensa Nacional (Defensa), Ricardo Trevilla Trejo, Sheinbaum recorrió el Zócalo en un vehículo que la llevó hasta el presidium. En este lugar, se rindieron honores a la primera mujer Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas del país, mediante salvas de artillería.
Ante las tropas militares formadas en la plancha del Zócalo, Sheinbaum recordó en su discurso que la lucha por la independencia del país sigue vigente a través de la defensa de la soberanía y mencionó su propuesta de este año para una reforma constitucional que evite cualquier intervención extranjera.
"La independencia, libertad y soberanía de México significa que ninguna potencia extranjera decide por nosotros, pero también que cada hija y cada hijo de esta tierra tiene derecho a vivir con dignidad, con justicia y con libertad",
aseveró Sheinbaum.
También destacó la importancia de recordar que a lo largo de la historia, algunas personas han buscado apoyo en potencias extranjeras para calumniar a México y promover injerencias. No obstante, la mandataria afirmó que "ninguna injerencia es posible" gracias a la entereza del pueblo mexicano.
En su turno, ambos secretarios de Marina y Defensa resaltaron el papel pionero de Sheinbaum al liderar el desfile que conmemora la lucha independentista mexicana iniciada en 1810, y reafirmaron su completo apoyo hacia la "soberanía", la "libertad" y la "integridad" del país.
Morales Ángeles, por su parte, declaró que la Semar ahora es "más fuerte", tras someter "ante la ley" y al escrutinio del pueblo de México "actos reprobables" que, dijo, "no definen" a la institución.
"Fue muy duro aceptarlo, pero hubiera sido mucho más (duro) y absolutamente imperdonable callarlo. Así, el mal tuvo un fin determinante. En la Marina no encontró lugar ni abrigo. Fuimos nosotros mismos quienes dimos el golpe de timón",
aseguró Morales Ángeles.