El Senado de Estados Unidos aprobó este miércoles una resolución que busca suprimir la autoridad del presidente Donald Trump para imponer aranceles a Canadá. Esta decisión se produce cuatro días después de que el mandatario decretara un incremento tarifario del 10% y justo después de aprobar una medida similar respecto a Brasil.
La resolución fue adoptada con 50 votos a favor y 46 en contra, con el apoyo de toda la bancada demócrata y cuatro senadores republicanos: Susan Collins, Mitch McConnell, Lisa Murkowski y Rand Paul, según informó el medio The Hill.
Este movimiento del Senado busca terminar con la emergencia declarada por Trump, la cual le permitió imponer aranceles elevados a Canadá. Aunque esta medida ya había sido aprobada anteriormente en abril con el mismo apoyo bipartidista, la Cámara de Representantes, controlada mayoritariamente por el Partido Republicano, no la había abordado. Ante esta situación, el senador demócrata Tim Kaine volvió a presentarla en el Senado.
El senador Kaine explicó su oposición a los aranceles afirmando: "No creo que exista una emergencia que justifique la aplicación de esta ley, pero hay muchas otras razones por las que me opongo, y la fractura de esta sólida relación de larga data es una de ellas".
Por parte de los republicanos que apoyaron la medida, la senadora Collins destacó la importancia de Canadá como "socio comercial más importante" para el estado de Maine, argumentando además que "los aranceles a Canadá serían perjudiciales para muchas familias de Maine".
Rand Paul también expresó su rechazo señalando que "estos aranceles perjudican con mayor dureza a las familias, los agricultores y las pequeñas empresas", añadiendo que, en Kentucky, su estado, "están devastando industrias clave". Paul enfatizó la necesidad de que el Congreso "recupere su autoridad constitucional y detenga este abuso de poder económico antes de que se destruyan más empleos e industrias".
Esta decisión en el Senado se realiza en un contexto en el que Trump anunció recientemente nuevos aranceles del 10% a los productos procedentes de Canadá, lo que ha generado diversas reacciones en el ámbito político y económico.
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