México sigue destacando como el país más peligroso para ejercer el periodismo en América Latina, siendo un país sin guerra. Esto se debe principalmente a la “creciente fragilidad de su ecosistema mediático”, según el informe anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF).
Según la organización, desde 2019, México ha sido escenario del asesinato de 37 periodistas, lo que lo coloca en el lugar 124 de 180 países y territorios en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa. Esto representa un descenso de tres posiciones respecto a la lista de 2024, donde se encontraba en la posición 121.
El informe también indica que México registra la cuarta mayor caída del indicador económico en Latinoamérica.
Desde hace años, México está entre los países con más casos de periodistas asesinados en el mundo. RSF advierte que en tiempos recientes, la colusión entre autoridades y el crimen organizado se ha vuelto una “grave amenaza” para los periodistas.
Los comunicadores que cubren temas sensibles relacionados con la política o el crimen, especialmente a nivel local, suelen sufrir advertencias y amenazas. En algunos casos, estos periodistas terminan siendo asesinados, secuestrados o se ven forzados a exiliarse.
Durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), RSF alerta sobre una retórica “violenta” y “estigmatizante” contra los periodistas, especialmente a través de la sección ‘¿Quién es quién en las mentiras de la semana?’ durante las conferencias presidenciales.
En 2024, la actual presidenta de México, Claudia Sheinbaum, firmó un compromiso en defensa de la libertad de prensa con RSF mientras era candidata presidencial. No obstante, en sus conferencias matutinas también presenta el espacio ‘Detector de mentiras’, con el objetivo, según ella, de desmontar rumores e información publicada en medios mediante datos y evidencia verificable.
De acuerdo con el recuento de RSF, desde el año 2000 hasta 2024, cerca de 150 periodistas han sido asesinados y 28 han desaparecido en México.
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