México ha avanzado significativamente en el Índice de Atracción de Inversión en el Sector Minero al subir al puesto 49 entre 82 países en 2024, después de ocupar el puesto 74 entre 86 en 2023. Este índice, elaborado por **el Instituto Fraser**, evalúa la percepción del entorno de inversión basado en encuestas a 2,289 empresas de exploración y desarrollo minero a nivel mundial.
El ranking global está liderado por Finlandia, seguida por **Nevada, Alaska, Wyoming, Arizona y Suecia**. La clasificación se determina mediante la ponderación de dos componentes: un 60% basado en el Índice de potencial geológico y un 40% en el Índice de percepción política.
En el caso de México, el avance se debe principalmente a una mejora en el Índice de potencial geológico, que pasó de 37.50 a 64.29 puntos. Por otro lado, el Índice de percepción política también mejoró ligeramente, aumentando de 35.02 a 39.78 puntos. Las mineras han mostrado menor preocupación por aspectos como la base de datos geológica (-29 puntos), las regulaciones laborales (-18 puntos) y la estabilidad política (-15 puntos).
No obstante, persisten inquietudes entre los inversionistas debido a la duplicación e inconsistencias regulatorias (+13 puntos), la incertidumbre respecto a regulaciones ambientales (+12 puntos) y los acuerdos socioeconómicos (+6 puntos).
En el contexto latinoamericano, México se posiciona por debajo de **Guyana (lugar 9), San Juan, Argentina (14), Chile (29), Perú (40) y La Rioja, Argentina (44),** mientras que se sitúa por encima de Brasil (56), Ecuador (61) y Colombia (66).
Entre las opiniones de los encuestados, el vicepresidente de una empresa de exploración critica que no se reconozcan los derechos adquiridos bajo concesiones mineras, y que las leyes ambientales posteriores limiten la minería, lo que crea incertidumbre y desincentiva la inversión. Otro ejecutivo menciona que la ley de 2023 genera incertidumbre innecesaria. Más opiniones apuntan a la falta de transparencia en la emisión de licencias y al estricto control gubernamental que desalienta la inversión. Además, la paralización en la concesión de nuevas minas es vista como un factor que genera incertidumbre, según un vicepresidente de una empresa productora destacada.