La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha emitido un fallo relevante al resolver un amparo directo relacionado con los derechos de autor y la inteligencia artificial. Esta decisión remonta a una iniciativa presentada en 2023 por el entonces legislador Miguel Torruco, quien propuso reformar la Ley Federal del Derecho de Autor con el fin de regular el uso de la inteligencia artificial (IA) y proteger los derechos patrimoniales de los autores.
La iniciativa tenía como objetivo evitar violaciones a los derechos de autor por parte de creaciones asistidas por IA, asegurando la protección de diversas obras artísticas en todos sus espectros, pero enfocándose especialmente en el espectro tecnológico, beneficiando exclusivamente a los autores. Torruco propuso cambios en varios artículos de la ley para aclarar que las creaciones generadas por IA no serían objeto de protección bajo los derechos de autor, algo que ya está implícito en la legislación vigente, ya que los derechos de autor están reservados a las personas físicas.
Esta propuesta fue el detonante para que una persona promoviera un juicio de nulidad, culminando en un amparo directo, con el argumento de que debería reconocerse una "titularidad jurídica sintética o artificial" para obras asistidas por IA, dado el avance tecnológico. La postura de la Suprema Corte fue firme al reafirmar que solo las personas físicas pueden ser reconocidas como autores según el derecho de autor vigente.
La corte señaló que el derecho de autor protege los derechos humanos de los autores, promoviendo la capacidad creativa y asegurando fuentes de ingresos para los creadores. Según el fallo, las instrucciones dadas a un sistema de IA, así como los "prompts" utilizados, no constituyen en sí mismos actos creativos protegibles. Esto podría cambiar en el futuro a medida que se clarifiquen y delimiten los conceptos de asistencia y generación autónoma en el proceso creativo.
El debate sobre el reconocimiento de productos generados por IA está lejos de concluir. Si se avanza en esta dirección, posiblemente se categorizarán como "creaciones asistidas" y se establecerá un sistema de trazabilidad y derechos compensatorios administrados por sociedades de gestión colectiva. Hasta ahora, no existe una legislación específica a nivel mundial que proteja la propiedad intelectual frente a la IA, aunque el presidente de Estados Unidos está considerando propuestas de gigantes tecnológicos como Google y OpenAI para abordar estos temas.
Es crucial desarrollar un marco jurídico que regule los productos derivados de la generación colectiva por IA, sin perder de vista que la cultura es un derecho. Los creadores deben tener la posibilidad de vivir de su labor creativa, garantizando su acceso a los beneficios derivados de sus obras.