En una sincera entrevista para Aristegui en Vivo, Sóchil Martín, una sobreviviente de La Luz del Mundo y víctima de Naasón Joaquín García, describió la organización religiosa como un grupo criminal, con una estructura que incluye control, abuso sexual y manipulación política, operando durante casi un siglo.
"La Luz del Mundo no es una iglesia, es un cartel. Eso es lo que es."
Martín compartió su traumática experiencia al recordar cómo fue sometida a abusos y control desde una edad temprana dentro de la organización. Estos abusos incluían desplazamientos forzados entre ciudades, separación familiar y obligaciones económicas impuestas desde la infancia.
Explicó que su tía, quien estaba vinculada a la estructura de Naasón, fue quien la llevó a la organización y actuó como su madre.
"Mi mamá era solo una niña cuando la llevaron. Me llevaron a mí también, y fue mi tía, quien me crió como madre."
Martín destacó que este patrón de control familiar es un mecanismo generacional dentro de La Luz del Mundo y que los abusos se remontan a sus doce años.
"Comencé a bailarle desde que tenía 12 en ropa interior. Se convierte en algo muy generacional en mi familia porque fue muy normalizado."
Relató que los actos de violencia y abuso no solo ocurrieron en Estados Unidos, sino también en Guadalajara, México, en lugares asociados con la organización como oficinas, templos y residencias.
"A mí me estuvieron moviendo de casa en casa, en diferentes lugares y todo esto pasó en Guadalajara."
Martín criticó la lentitud de la justicia en México, resaltando los contrastes con el sistema de Estados Unidos, donde Naasón fue condenado.
"Las ruedas de la justicia han sido lentas, pero al fin están llegando. Quiero mandar un mensaje al Gobierno."
Señaló que varias víctimas nunca pudieron ver justicia porque algunas "se quitaron la vida" o "les quitaron la vida".
La sobreviviente hizo un llamado a las autoridades para actuar contra los responsables aún prófugos.
"Ojalá hagan lo correcto y ayuden a la fiscalía a encontrarlos, porque son personas peligrosas," dijo, criticando también la desinformación de algunos miembros de la organización.
"Esta Silem García me llamó mentirosa públicamente diciendo que no existían denuncias; pero ahí está esta persona y otros que ya están arrestados o prófugos."
Finalmente, Martín describió cómo las víctimas fueron constantemente vigiladas y hostigadas en México y Estados Unidos.
"Nos siguieron victimizando, iban a nuestra casa, nos vigilaban las 24 horas. Si no hubiera sido por los federales, ya nos habrían eliminado."