Esta semana, **Estados Unidos** aprobó un impuesto del 1% a las remesas enviadas en efectivo, como giros postales y cheques de caja. En respuesta, la presidenta *Claudia Sheinbaum Pardo* anunció que su gobierno implementará un mecanismo de reembolso para proteger a las familias que dependen de estos envíos. Vale la pena aclarar que las transferencias electrónicas, ya sean bancarias o con tarjetas, están exentas de este gravamen.
Se espera que este nuevo impuesto afecte a casi 40 millones de personas, que incluyen titulares de tarjetas de residencia, trabajadores temporales y migrantes en situación irregular.
Controversia en torno al gravamen
El impuesto fue incluido en el proyecto de presupuesto del expresidente *Donald Trump*, comenzando como un gravamen del 5%. Este porcentaje fue reducido a 3.5% en la Cámara de Representantes, y finalmente a 1% en el Senado. Según Sheinbaum, esta reducción representa "un logro muy importante de nuestras paisanas y paisanos", quienes participaron activamente a través del envío de cartas a sus senadores.
El esfuerzo, impulsado por Sheinbaum en sus conferencias matutinas, consistió en una campaña organizada por los connacionales para comunicarse con los congresistas. A través de estos mensajes, se argumentaron diversas razones por las que este impuesto podría ser perjudicial.