El gasto de los consumidores estadounidenses registró un sólido aumento en julio con un incremento del 0.5%, un dato destacado desde la revisión al alza del 0.4% en junio, según la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio (BEA, por sus siglas en inglés). Sin embargo, el repunte de la inflación subyacente, impulsado por los aranceles sobre importaciones que elevaron algunos precios, no parece suficiente para modificar las expectativas de que la Reserva Federal reducirá las tasas de interés el próximo mes, dado el entorno de condiciones laborales que se están suavizando.
Respaldo en cifras del mercado laboral
El aumento en el consumo se encuentra respaldado por los bajos niveles de despidos que a su vez permiten un sólido crecimiento salarial. No obstante, los aranceles implementados por el gobierno están aumentándose los costos para las empresas, lo que ha llevado a ciertos empleadores a mostrar cautela al momento de incrementar sus plantillas laborales. En los tres meses hasta julio, las ganancias de empleo promedio fueron de 35,000 puestos al mes, una cifra significativamente inferior a los 123,000 registrados en el mismo periodo del año pasado.
Según una encuesta de The Conference Board, la percepción de los consumidores que consideran el empleo como "difícil de conseguir" alcanzó su punto más alto en cuatro años y medio durante agosto. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, sugirió recientemente la posibilidad de un recorte en las tasas de interés durante la reunión programada para mediados de septiembre, señalando los riesgos crecientes en el mercado laboral, aunque todavía se mantiene atento a la inflación como una amenaza constante.
Actualmente, la Fed ha mantenido la tasa de referencia a un día entre 4.25% y 4.5% desde diciembre pasado. Aunque los elevados precios de los derechos de importación aún no han tenido un impacto inmediato en la inflación debido a las ventas de existencias acumuladas y la absorción parcial de costos por parte de las empresas, se espera un cambio pronto.
En el segundo trimestre, se observó una disminución en las existencias, y tanto minoristas como fabricantes de automóviles han advertido sobre el incremento de costos debido a los aranceles. Según la BEA, el índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE) subió un 0.2% en julio, después de un aumento no revisado del 0.3% en junio. Las proyecciones de los economistas sugieren que estos costos adicionales podrían comenzar a repercutir en los consumidores próximamente.