
Recuerdo vívidamente aquel sábado de mayo de 2022, cuando decidí quedarme en casa en Virginia con el firme propósito de leer y entender el “Proyecto 2025”. Desde entonces, era claro que las personas cercanas a Trump habían definido este extenso documento de más de 900 páginas como la hoja de ruta, no solo para una posible segunda presidencia de Trump, sino también como un reflejo del pensamiento más extremo del movimiento MAGA, originado de la frase “Make America Great Again”.
Lo que más me llamó la atención fue un capítulo específico, que introducía el concepto de la "Re-hemisferización" del continente americano. El capítulo describía que, para garantizar la seguridad económica de Estados Unidos, sería necesario controlar las cadenas de suministro de las Américas. Esto daba una idea de la magnitud del plan diseñado para una eventual segunda presidencia de Trump. Estados Unidos necesitaría controlar desde el origen de un producto hasta su entrega final al consumidor, lo que implica un control mucho mayor al actual.
Esa noche, mientras cenaba con tres amigos en la casa, compartí lo que había descubierto y causó risas. Sin embargo, mi preocupación se remontaba a cuando Trump, durante su primera presidencia, había designado a John Bolton como su "Asesor de Seguridad Nacional". Bolton, conocido ideólogo de la derecha estadounidense, había declarado en aquella época que derrocar a Maduro en Venezuela era una prioridad, mencionando "Todos nuestros adversarios tienen una presencia significativa en Venezuela". Entre estos adversarios, se sobreentendía que se refería a China.
Uno de mis amigos, casado con una venezolana, recordó esa declaración, mientras otro se reía pronosticando que Trump y Bolton no terminarían bien. Y así fue. Hoy, Bolton es objeto de las acusaciones de Trump, quien parece empeñado en destruirlo. El Departamento de Justicia acusa a Bolton de haber distribuido materiales secretos de la presidencia, una situación que podría llevar a Bolton a enfrentar altos costos legales y quizás la ruina.
Este desencuentro es solo una pequeña parte del panorama más amplio entre Trump y Venezuela. La intervención en Venezuela no es una idea novedosa, ni simplemente un intento por contrarrestar el narcotráfico en el continente. Esta estrategia forma parte de un enfoque más amplio que busca reconfigurar la influencia en la región.