El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha advertido sobre la desaceleración en el envío de remesas, vinculando este fenómeno a factores como **el menor crecimiento del mercado laboral en Estados Unidos** y **una reducción en el flujo migratorio desde 2023**, especialmente por parte de los mexicanos. Este análisis resalta otros elementos importantes, como la recuperación económica en los países de Centroamérica, México y el Caribe, que también contribuyen a este crecimiento más lento.
Las remesas, definidas como transferencias de dinero que realizan los migrantes a sus familias o allegados en sus países de origen, son un pilar económico crucial para muchas comunidades en estas regiones. Según un análisis dirigido por René Maldonado, experto en remesas, se observó en 2024 un repunte en las tasas de migración de mexicanos hacia Estados Unidos. Sin embargo, cuando los migrantes llegan al país, necesitan tiempo para establecerse y conseguir empleo, lo cual impacta temporalmente en el flujo de remesas.
Una vez empleados, los migrantes comienzan a enviar dinero a sus familias. No obstante, "los montos que envían, así como el porcentaje que representan de sus ingresos, disminuyen con el tiempo", explicó Maldonado. Esto se debe a que, con el paso del tiempo, sus ingresos tienden a aumentar y algunos vínculos con sus países de origen pueden debilitarse.
El análisis, titulado “Las remesas a América Latina y el Caribe en 2024, disminuyendo el ritmo de crecimiento”, también destaca que, según encuestas aplicadas a migrantes, se destina entre el 10% y el 15% del ingreso a remesas cuando los fondos se envían a los padres.
Vale mencionar que este análisis, divulgado en noviembre del año pasado, no incluye estimaciones sobre el impacto del recientemente aprobado impuesto a las remesas en Estados Unidos, ni considera las políticas migratorias del nuevo gobierno. Estas nuevas variables podrían influir significativamente en las tendencias futuras de remesas hacia América Latina y el Caribe.