El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder chino, Xi Jinping, han acordado proseguir con las conversaciones para resolver las diferencias relacionadas con los aranceles que han impactado la economía mundial. Esto se dio a conocer mediante resúmenes de su conversación telefónica del jueves.
Trump expresó en sus redes sociales que "no debería haber dudas sobre la complejidad de los productos de tierras raras". Además, anunció que los equipos de ambos países se reunirán en un futuro cercano, aunque aún no se ha definido el lugar.
Ambos líderes se extendieron invitaciones para visitar sus respectivos países en fechas próximas, según lo revelado por Trump y un resumen de la reunión del gobierno chino. En un comunicado publicado por la agencia estatal de noticias Xinhua, el gobierno chino señaló: "Estados Unidos debe ser realista respecto al progreso logrado y retirar las medidas negativas impuestas a China". Xi Jinping reiteró su invitación a Trump para visitar China y este último expresó su sincera gratitud.
Esta llamada se dio en un contexto de acusaciones mutuas entre Washington y Pekín sobre minerales de "tierras raras", las cuales amenazan con poner en peligro una tregua frágil en la guerra comercial entre estas dos potencias económicas. En mayo, se alcanzó un acuerdo de 90 días para reducir algunos de los aranceles de tres dígitos que se habían impuesto mutuamente desde el inicio del mandato de Trump.
A pesar del aumento en los mercados bursátiles, el acuerdo provisional no ha abordado preocupaciones más amplias que tensan la relación bilateral. Estas incluyen temas como el tráfico ilícito de fentanilo, la situación en Taiwán y las críticas de Estados Unidos al modelo económico chino, el cual está dominado por el estado y enfocado a la exportación.
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump ha amenazado varias veces con una serie de medidas punitivas contra sus socios comerciales, aunque en algunas ocasiones ha revocado dichas medidas en el último momento. Este enfoque ha causado desconcierto entre los líderes mundiales y preocupación entre los ejecutivos empresariales, quienes señalan que la incertidumbre dificulta la previsión de las condiciones del mercado.
El acuerdo de 90 días para reducir aranceles y restricciones comerciales se mantiene frágil. Trump ha acusado a Pekín de violar el tratado, ordenando restricciones al software de diseño de chips y otros envíos a China, al tiempo que duplicó los aranceles al acero y al aluminio al 50%. Pekín rechazó estas acusaciones y amenazó con tomar medidas en respuesta.
Durante la llamada del jueves, que según fuentes chinas fue solicitada por Trump, el presidente estadounidense ha insistido durante mucho tiempo en la necesidad de una comunicación o reunión con Xi. Sin embargo, China había rechazado previamente estas solicitudes, ya que su enfoque tradicional busca resolver los detalles del acuerdo antes de cualquier conversación entre los líderes.
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