El 10 de mayo, el reconocido youtuber James Stephen Donaldson, conocido como Mr. Beast, sorprendió a sus seguidores al publicar un video en el que explora diversas áreas arqueológicas de Campeche y Yucatán. Esta publicación generó una ola de críticas en redes sociales dirigidas al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) por permitir el acceso al popular creador de contenido.
El antropólogo Alfredo Narváez expresó su descontento en la plataforma X, afirmando: “¿En serio hay que ser influencer extranjero para poder tener acceso VIP a las zonas arqueológicas? Muchos colegas arqueólogos y antropólogos investigadores dicen que no se les permite. Esto es más allá de colonial, es una negligencia ética brutal”.
Además, la periodista Ingrid Sánchez sumó a las críticas señalando que en el video, Mr. Beast menciona lo inusual que fue para él obtener permiso para ingresar al interior de las pirámides, un privilegio que, según ella, no está disponible para arqueólogos y especialistas.
El video, titulado “Sobreviví 100 Horas Dentro De Un Templo Antiguo”, acumuló más de 51 millones de vistas en solo tres días desde su lanzamiento.
Según la descripción del video, *fue grabado en colaboración con la Secretaría de Turismo*. El creador de contenido también agradece al INAH, a la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, y a la secretaria nacional de turismo, Josefina Rodríguez.
Ante la controversia, el INAH emitió un comunicado afirmando que la visita de Mr. Beast fue realizada con los permisos y pagos necesarios. "La visita y grabación que se llevó a cabo en las zonas arqueológicas de Calakmul, Campeche, y en Chichén Itzá y Balamcanché, Yucatán, se realizó de acuerdo con solicitudes realizadas de manera formal por la Secretaría de Turismo federal y los gobiernos de los dos estados mencionados", explicó el boletín.
El comunicado del INAH también menciona que, en el caso específico de Calakmul, el youtuber fue autorizado para visitar la subestructura Edificio II, un área no abierta al público general, pero accesible mediante un trámite previo y justificación adecuada.
Finalmente, el INAH aseguró que durante toda la grabación se contó con la supervisión del personal del instituto para garantizar el respeto por las medidas de cuidado y seguridad establecidas, evitando cualquier afectación al patrimonio arqueológico.